Ocho fallos Sony A7III

La Sony A7III es una gran cámara pero a mi juicio tiene ocho fallos importantes.

Repasamos cada uno de ellos en el siguiente vídeo:

 

 

1- Color: los sensores Sony tienen muchísima calidad, especialmente cuando grabamos vídeo 4K, sin embargo, mucha gente se queja del color. Yo estoy de acuerdo: siempre me ha parecido que Canon ofrece un color nativo más bonito. Sony sigue teniendo problemas con los magentas y los verdes. Y aunque es cierto que con el uso de los perfiles de color, como el S-log2, todo se resuelve en post-producción, el color estándar sigue siendo bastante mejorable.

2- Autofocus en vídeo: es cierto que con la mayoría de objetivos Sony, especialmente con los más caros, el enfoque automático en vídeo ha mejorado muchísimo, tanto en la A7III como en la A7RIII, sin embargo, no recomiendo fiarse del enfoque contínuo, porque en condiciones de poca luz, y dependiendo del diafragma y objetivo, el sensor no siempre es capaz de enfocar lo que nosotros queremos. Si queréis saber más acerca de este tema, tenemos un vídeo en el que abordamos este aspecto a fondo.

3- 50 fps: He comprobado algunos problemas con la fluidez del vídeo en 50fps, y la calidad no pasa de 50mb, por lo que recomiendo no usar esta opción jamás. Siempre es mejor grabar a 100fps (o 120 si grabamos en NTSC), y después estirar el vídeo al doble si queremos cámara lenta, o estirarlo al cuádruple si queremos cámara super-lenta. De este modo no pierde calidad. La única desventaja es que en este modo, no tenemos disponible el seguimiento de caras en enfoque contínuo.

4- Pantalla abatible, pero no girable: No suele utilizarse el giro completo de la pantalla, pero para autograbaciones, o algunos casos particulares, no vendría mal que la pantalla girase en cualquier sentido, y no sólo de arriba a abajo. Otras cámaras, tanto en Canon, Panasonic, etc…, ya implementaron la pantalla rotatoria hace mucho tiempo, con lo cual me parece otro aspecto a mejorar para las futuras cámaras Sony.

5- Lupa: El uso de la lupa, resulta fundamental cuando grabamos vídeo. Esta cámara ofrece una lupa que aumenta cuatro veces el plano original. Normalmente basta con eso, pero hay situaciones en las que no vendría mal un aumento algo mayor. En el caso de muchas Canon, la lupa hace un aumento de hasta 10 veces el plano original. El modo lupa es más versátil y completo en modo foto, y no entiendo porqué no ocurre lo mismo en vídeo.

6- Estabilizador: una de las grandes ventajas de las que presume Sony con el lanzamiento de sus cámaras, es el estabilizador de cinco ejes que viene integrado desde la Sony 6500. Sin embargo, la sony A7III es una cámara de sensor completo, y estabilizar un sensor tan grande, resulta muy complicado. De hecho, es incapaz de hacer una estabilización decente en vídeo. Es cierto que ayuda con las micro-vibraciones cuando usamos monopié o algún estabilizador electrónico, pero no es suficiente para usar cámara en mano. El estabilizador de la cámara ayuda bastante en foto, y además ofrece la posibilidad de ajustar la distancia focal a estabilizar según el objetivo que estemos usando, sin embargo, las cámaras Panasonic, como la GH5, le sacan una enorme ventaja en cuando a la estabilización, que funciona muchísimo mejor, especialmente en vídeo, aunque esto se debe al tamaño del sensor, mucho más pequeño , y que por otro lado ofrece un rendimiento muchísimo peor en cuanto al ISO.

7- Balance de blancos automático: al hilo del problema de color, yo recomiendo no usar jamás el balance de blanco automático en esta cámara, sobre todo en exterior, ya que varía los grados kelvin constantemente y al mínimo cambio de luz. Es mejor usar una carta gris, y ajustar el color en cada situación, o elegir un número concreto de grados kelvin.

8- Rolling shutter y efecto gelatina: Aunque este problema lo tienen todas las cámaras DSLR, creo que sigue siendo un fallo a corregir. Hay que tener mucho cuidado con los barridos, o panorámicas que hacemos, sobre todo cuando predomina el color blanco en la escena, ya que el efecto gelatina será más acusado. Lo mismo pasa con el efecto rolling shutter, que se hace patente cuando paneamos con barrotes o elementos paralelos en la escena.

 

Ocho fallos o aspectos a mejorar, en una cámara que, en términos generales, es una joya, y que tiene muchísimas virtudes.

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